Programa: Viviendas convencionales, Coviviendas de alquiler social y temporal, Biblioteca y Coworking

En el siguiente proyecto se propone un conjunto de viviendas que se relaciona con el final del barrio del Raval, entrando en sintonía con edificios singulares de la zona como el Museo Marítimo de Barcelona, o Atarazanas Reales, y el Baluarte de Santa Madrona, sin olvidar la conexión con la Avenida del Paralelo. El objetivo principal de la intervención es contraponer un paisaje lejano; el horizonte y el mar, con un paisaje próximo y doméstico mediante la creación de patios en altura que recuperen el ambiente de la calle.

La creación de una planta baja libre a doble altura permite a todas las viviendas sobrepasar la línea del horizonte de las Atarazanas y gozar de vistas hacia el mar. En el nuevo espacio público surgido bajo el edificio se crea un bosque urbano que establece un diálogo con los jardines del Baluarte y permite desdibujar la visión de la calle desde el interior de las viviendas para enfatizar una perspectiva lejana.

El resultado son cuatro bloques profundos y estrechos que se inspiran en las antiguas parcelas de Ciutat Vella y en las casas de pescadores de La Barceloneta, como también en las grietas de cielo que se observan entre edificios cuando se pasea por los estrechos callejones del Casco Antiguo. Pese a la voluntad de elevarse como bloques independientes, las viviendas conforman una única pieza, pues el núcleo de acceso cose los edificios en diagonal con un sistema de pasarelas exteriores que se elevan y crean la sensación de tener cada vivienda a pie de calle.